Despues de meses de hiatus

Uno se va de vacaciones y como que se escapan las ganas de estar sentado frente a la computadora escribiendo -hay demasiadas cosas que hacer durante el día- y una vez que se acaban las vacaciones, como que las ganas de volver a escribir tienden a fallar y el tiempo se deshilvana sin que vuelva esa necesidad de platicar las experiencias.
A pesar de todo, como que ya es un buen momento de retomar el buen sendero y enfrentarse nuevamente a la gran página en blanco que es el monitor de la computadora y relatar un poco lo que sucede por este lado del mundo.

Hay algo que si quiero expresar que me da algo de gusto, que me hace sonreir cada que lo pienso y como que es un factor de la vida europea que no había podido experimentar en full sino hasta que estuve un rato en las finlandias. Esto es que me he convertido -segun como lo definen mis compatriotas actuales- en un Guerrier du Pedal o mas simplemente dicho un velocípedo rodante. Conseguí una bicicleta a finales del semestre pasado y ahora he estado haciendo un proposito de irme a la escuela en bici cada que no es o muy temprano, o que este lloviendo. Por supuesto que es una chinga, ya bien medidos son 12 kilometros a la escuela solamente de ida, pero como que hace feliz el poderse ir y dar la vuelta y me deja sonriendo el resto del dia.

Las cosas que uno ve andando en bicicleta y no moviendose en autobus todos los días a la escuela son muy amenas. Entre todas las flores que plantan por aqui al lado de los caminos, el atravesar los rios y ver como suben cada vez que ha habido tormenta, pasar enfrente de como 7 boulangeries y pâtisseries a lo largo de mi camino a la escuela, todo hace que valga un poco la pena, claro aparte de un poco de ejercicio que no me cae nada mal.

Claro que no me acaban de convencer ni los charcos ni el lodo por todos lados ni el hecho de que cada vez amanece mas tarde y anochece mas temprano, pero supongo que todas son cosas con las que uno tiene que vivir.

Todo es parte de la buena vida.

Allez, a plus.